Si bien la mayoría de los neoyorquinos permanecen dentro de sus propios apartamentos durante el brote de COVID-19, se está gestando una posible crisis en los refugios de la ciudad a medida que un número elevado de personas sin hogar buscan refugio del virus.

El sistema de refugios, un mosaico de instalaciones descentralizado en toda la ciudad que ya está sobrecargado en circunstancias normales, está luchando para adaptarse a esta afluencia mientras brinda medidas de protección básicas para proteger a sus clientes del virus mortal. Hasta el domingo, 23 residentes de albergues han muerto en hospitales, según The New York Times.

A pesar de la promesa del alcalde Bill de Blasio de abordar la crisis de las personas sin hogar, en los últimos años la población de personas sin hogar de la ciudad ha crecido debido a que el aumento de los alquileres ha puesto la vivienda fuera del alcance de muchas de las familias de bajos ingresos de Nueva York.

“Cuando todos esos sistemas se descompongan simultáneamente, habrá esta afluencia en situaciones de congregación”, dijo Joshua Goldfein, abogado de planta de Legal Aid Society. “Es una bomba de tiempo”.