Sociedad de Ayuda Legal
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Proyectos, Unidades e Iniciativas

Proyecto MICA

Desde 2002, el Proyecto MICA de Defensa Mejorada de Legal Aid Society ha brindado servicios de apoyo legal y comunitario a algunos de los acusados ​​más vulnerables en el sistema de justicia penal (CJS) de la ciudad de Nueva York. Estas personas, que luchan por vivir con enfermedades mentales graves y problemas de adicción concurrentes, a menudo son desatendidas y victimizadas mientras están encarceladas en nuestras cárceles y prisiones. El modelo de equipo interdisciplinario del Proyecto MICA asocia abogados de salud mental con trabajadores sociales autorizados para abordar las necesidades integrales de cada cliente. Nuestro enfoque principal es asegurar alternativas al encarcelamiento para clientes que pueden ser desviados legalmente de la cárcel/prisión a un tratamiento basado en la comunidad.

Una vez que un cliente recibe tratamiento comunitario, nuestro exclusivo enfoque de gestión de casos puente basado en la defensa nos permite brindar entre 18 y 24 meses de servicios sociales comunitarios y monitoreo. Esto reduce su futura utilización de servicios de emergencia de alto costo, como hospitales psiquiátricos, o el paso por una puerta giratoria para entrar y salir del CJS. El Proyecto se compromete a abordar los problemas sistémicos y de política que contribuyen a las brechas y/o colaboraciones ineficaces entre el tratamiento comunitario y los sistemas de justicia penal. Somos actores centrales en los cinco tribunales de salud mental de la ciudad de Nueva York y, a menudo, representamos la práctica de la defensa en foros y simposios relacionados con los tribunales de resolución de problemas.

Alianzas y partenariados

El Proyecto colabora con muchos proveedores de tratamiento comunitario y de justicia penal. Somos miembros permanentes de varios comités y grupos de trabajo de la ciudad de Nueva York y brindamos una amplia capacitación y consulta al campo de la justicia penal y a los proveedores de la comunidad. Los resultados del Proyecto han demostrado una forma medible de evitar el desperdicio de recursos en cárceles y prisiones, al invertir en el tratamiento de personas con problemas de adicción y enfermedades mentales concurrentes.